Nuestro Origen
Cuando dos caminos se cruzan, nace una nueva visión financiera
A veces la vida tiene formas misteriosas y perfectas de unir caminos. Era 2019, y el mundo aún no imaginaba lo que vendría. En medio de una formación virtual sobre cómo crear cursos online —algo totalmente innovador para ese entonces, cuando ni siquiera sabíamos usar Zoom—, dos mujeres coincidieron en un punto que marcaría un antes y un después en sus vidas.
Así fue como Aracely y Merce se encontraron, cada una desde su rincón del mundo, conectadas por un curso que llamaron “Atrayendo lo mejor”. Lo que parecía solo un taller más, pronto se transformó en una experiencia profunda, llena de desafíos técnicos, pantallas congeladas y caídas de sistema… pero también, de risas, apoyo mutuo y un mensaje que resonaba fuerte: estábamos, sin saberlo, empezando a atraer lo mejor.
Merce, la mente creativa, inquieta y chispeante, se encargaba del contenido. Aracely, con su temple estructurado y su experiencia tecnológica, se ocupaba del “tras bambalinas”. Sin conocerse fisicamente, ya trabajaban como si fueran piezas de un mismo rompecabezas.
Meses después, sus caminos virtuales se cruzaron en la vida real, en una luminosa aula en España donde culminaban su formación. Ahí, entre largas conversaciones, descubrieron que más allá de sus diferencias, compartían algo esencial: el deseo de libertad, la pasión por hacer las cosas diferentes, y la profunda convicción de que el dinero debía trabajar para ellas y no ellas para el dinero.
Fue entonces cuando Aracely habló de su recorrido en el mundo financiero y de inversiones, y Merce compartió su anhelo de transformar vidas a través de lo que hacía. Sin saberlo, estaban plantando las semillas de algo mucho más grande.
En junio de 2020 el mundo se tambaleó. La pandemia llegó acompañada de pérdidas profundas: Merce vivió una experiencia cercana a la muerte (literalmente hablando), mientras que Aracely vivió enormes desafíos personales. Lejos de quebrarlas, esa etapa oscura las llevó a conectar más profundamente, a replantearse prioridades y a tomar decisiones valientes. Merce vendió su departamento en CDMX, se mudó a Puebla, aseguró la educación de sus hijos, y con lo que le quedaba, decidió invertir. ¿A quién llamó? A Araceli, claro. Así comenzó una nueva etapa, ahora enfocada en tropicalizar un modelo de inversión canadiense para México.
Hoy, ofrecemos algo único: esquemas financieros 360 que permiten invertir fuera del país de residencia, proteger el patrimonio a costos más accesibles que los tradicionales, acceder a devoluciones de aportes y generar ingresos constantes en monedas extranjeras.
Todo esto, gracias a una historia que comenzó con dos desconocidas, un curso online y una fe inquebrantable en que lo mejor, realmente, estaba por venir.
Aracely & Merce
